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miércoles, 16 de marzo de 2011

Sólo una certeza


Sólo una certeza tiene el hombre. Que va a morir.-

La vida es una especie de relación contractual entre partes en la cual una de ellas fija las reglas de juego unilateralmente y la otra  no es siquiera informada de cuales son éstas, ni se le consulta si quiere jugar con dichas reglas; Es más, apenas despierta ya debe jugar, con sólo la certeza de en que consiste la rescisión del acuerdo.-

Y si solo ésa es su certeza todo, absolutamente todo lo demás, entra en el campo de la incertidumbre, con un grado probabilístico de ocurrencia que depende de múltiples variables que el hombre no domina en su totalidad.-

Y si cada una de todas las  cosas que nos pueden ocurrir tiene un porcentaje esperable de suceder, la muerte tiene el cien por ciento de probabilidad, con lo cual deja de serlo, para pasar a ser una certeza absoluta.-

Lo único que difiere de persona a persona es el momento de ocurrencia del evento, es decir cada quien tiene su tiempo de morir, que resulta ser, en general, distinto al del resto de los actores del conjunto.-

Ahora bien, si todos vamos a morir y la única diferencia es el momento, podríamos pensar que tal vez exista la probabilidad, por mínima que sea, que haya un momento, una línea en el tiempo en que todos los eventos sucedan y todos pasemos a mejor vida de manera simultánea?

Porque…si todos mueren…porqué no puede morir la humanidad?.-

Si uno lo vé desde el punto de vista estadístico, es altamente improbable que suceda, pero no podemos decir que la probabilidad sea de cero por ciento y por lo tanto sea una certeza su no ocurrencia, entonces, por remota que sea la posibilidad, está dentro de lo factible.-

Ahondando un poco más en el delirio que me lleva a escribir esto, uno podría decir en base a datos empíricos que esto nunca ha ocurrido, menos mal porque si no nadie podría dar fe de ello, con lo cual la probabilidad es cada vez menor, y también podríamos casi aseverar que la naturaleza nos preserva y evita que dejemos de hacerle daño, en una cuestión cuasi masoquista.-

Así es, y acá viene el porqué de estas reflexiones. La naturaleza es maltratada, mutilada, despreciada, denigrada por el hombre de un modo casi sádico y, sin embargo, en su enojo desata su ira pero no termina con todo rastro nuestro, sino que a pesar de que nos azota de una manera importante nos permite seguir viviendo, tal vez para que entendamos de una vez el mensaje que nos desea transmitir.-

Pero de nosotros no podemos decir lo mismo.-

Observando lo que ocurre por estos días, no puedo dejar de pensar que el hombre es tan soberbio que hasta se las ingenió para quitarle el protagonismo que la naturaleza se merece.-

Y está haciendo todo lo posible para hacer coincidir las certezas de todos y transformarla en la certeza del conjunto.-

Porque no nos engañemos, no es el terremoto, el tsunami, el tornado,.. no….es el hombre.-

El que avanza buscando correr los límites, empujándonos a fronteras cercanas al abismo, el que busca controlar o descontrolar la energía según le convenga, el que acepta dinero a cambio de la vida, pero de la de los demás obvio, el que no aprende del pasado, el que se cree que jugando a los soldaditos y amenazando con apretar el botón rojo va a asustar a otros imbéciles como él….y finalmente son tan cagones que en el fondo  nunca se animaron a hacer lo que hoy la naturaleza le pone en las manos para ver como la dominan.-

 Yo sé que me voy a morir….y no quiero….pero como dije antes, no puedo cambiar las reglas del juego.-

Pero este es un contrato que tengo yo con la vida, o con la muerte no sé…..por favor no quiero intermediarios, no me quiero morir cuando como y con quien ustedes quieran…déjennos librados a nuestra propia ley de la probabilidad…..con nuestra única certeza.-