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lunes, 8 de marzo de 2010

TALCA - LUNES 07-03-2010




Me desperte en la cabaña N° 43 del Hotel Colonial de Villa San Javier, a 30 km al sur de Talca, Chile con el sonido de un celular. Pense que era el despertador que pusimos a las 7, salté de la cama (literalmente, porque duermo en la de arriba de la cucheta de la derecha, Roberto duerme abajo y Carlitos en la de debajo de la de la izquierda) y mire la hora. 4.24 a.m.

Fui al baño, volví me acosté..y no me pude dormir más. Empecé a pensar en lo que sería el día de hoy lunes 8 de marzo de 2010 cuando empezaremos a trabajar en las redes eléctricas del casco antiguo de Talca, destruido por el terremoto del pasado sábado 27 de febrero, y lo que vivimos ayer, cuando llegamos a esta ciudad, desde la ciudad de Los Andes después de 3 días allí, experiencia que en otro momento contaré.-

Recordando lo vivido, me dije que tenía que anotar todo para que la memoria no me juegue después una mala pasada, y así me acordé que hace un tiempo hice una cuenta de blog, que nunca usé porque me parecía al pedo, pero ahora la consideré una buena herramienta para dejar las impresiones del viaje, por lo que me dije “me levanto y me voy al baño a escribir, así no jodo”, pero no me decidía a hacerlo, pensando que mejor sería a la tarde cuando volviera de Talca.-

A las 5:30 alguien decidió por mí, la cabaña empezó a vibrar (no demasiado, pero si perceptible), una réplica del terremoto seguramente, la tercera desde que llegamos, hizo que Carlitos y Roberto se despertaran, un par de comentarios y les dije “me voy a escribir” y acá estoy, con la compu arriba de la almohada y yo sentado tipo japonés dandole a las teclas.-

Llegamos a Talca, ciudad a 250 km al sur de Santiago por la Ruta 5 a eso de las 14:00, habiendo salido de Los Andes (al norte de Santiago unos 90 km) a  las 9:30.

El viaje fue sin problemas, sobre una ruta en la que empezamos a ver las consecuencias del terremoto que no habíamos visto en los 3 días que llevábamos en Chile, puentes partidos, carreteras agrietadas, postes inclinados, y vehículos, camiones, camionetas y autos particulares yendo al sur con ayuda de todo tipo, quien sabe para quien.

Durante el viernes 5 y sábado 6 hubo un programa en la tele para juntar fondos para los damnificados, buscaban juntar $ 15.000 millones (pesos chilenos claro) y juntaron $ 30000 millones ( unos 350 millones de pesos argentinos).-

Durante el viaje me fui comunicando por celular (el que me dio la gente de AES Gener con número chileno), con Manuel Ortega nuestro contacto en CGE, la distribuidora con la cual colaboraremos, quien al llegar nos indica un punto en la carretera donde nos buscaría personal de la empresa.

Paramos en el punto indicado, una empresa embotelladora de Coca Cola que como consecuencia del terremoto tiene la columna donde apoya el techo separada de éste, una foto que subiré aquí, y nos vino a buscar Carlos Riquelme, Jefe de Operaciones de CGE quien nos guió hasta las oficinas de la compañía.-

El trayecto significó entrar a Talca y recorrer unas, digamos, 30 cuadras de una ciudad que se ve bastante grande, unos 70 u 80 mil habitantes tal vez. Lo que vimos fue realmente impactante. Casas con frentes y techos derrumbados, otras agrietadas, pilas de escombros en las veredas, y gente que intenta seguir una vida normal en una situación anormal.-

Me hizo recordar en un punto al jueguito de play Call of Dutty que es de la WWII, con casas en ruinas que alguna vez jugué.-

Llegamos a CGE donde nos invitan a almorzar, lo cual agradecemos pero ya comimos en Curicó, a unos 60 km al norte, y vamos a una oficina donde hay un mapa en el que están marcadas las zonas según el estado del servicio eléctrico: Verde lo que ya está en servicio, amarillo lo que está reparado y a punto de entrar en servicio, violeta lo que aún no se saben los daños (mucho, sobre todo zonas rurales) y rojo lo que fue arrasado y no quedó nada en pie, principalmente por el maremoto o Tsunami, en la costa, la ciudad de Constitución y dos o tres puntos más.-

Mientras conversamos con Carlos Riquelme acerca de cómo sería nuestra tarea, llega Manuel Ortega, Gerente Técnico, una persona de unos 45 años, de trato agradable, quien nos recibe con un apretón de manos y un abrazo a cada uno de nosotros, percibo gratitud en el.-

Luego de las generalidades, hablamos de trabajo. Vamos a trabajar en el casco antiguo de Talca, muy afectado por el sismo, con muchas casas muy antiguas, de adobe, que no resistieron. La gente está viviendo en carpas, en la calle, sin luz ni agua, solo con la ayuda que les llega. Nos comenta que debemos estar preparados psicológicamente para estar allí, no se sabe si aún no hay muertos bajo los escombros.-
(PD: En Talca hubo 83 fallecidos por el terremoto)

Tal vez luego tengamos que ir hacia la costa, donde la situación es peor aún, idea esta que no nos entusiasma demasiado pero ya veremos.-

Y hablando, aprendo sobre el terremoto: En el mar hay una placa tectónica, la de Nazca, y en el continente la placa Americana. La placa de Nazca se metió por debajo de la Americana. Si esto ocurre bajo el continente, es un terremoto. Si ocurre bajo el mar, es un maremoto. Bueno, acá ocurrieron las 2. El maremoto fueron 3 olas, de 15, 12 y 8 mts.-

Nos cuenta que en línea con Constitución, y enfrente en el mar, hay una isla que no me acuerdo el nombre.-

Allí, la noche del tsunami, se celebraba la fiesta de cierre de la Semana Maulense (por la región del Maule, la que estamos) que termina en la isla con fuegos artificiales y demás y que, para llegar a esa isla, hay que ir a nado o en bote.-

Al momento del tsunami había en la isla 300 hombres, mujeres y niños. Están todos desaparecidos.-

Me puse a pensar que entre familiares y amigos en general una persona no reúne esa cantidad de gente. 

Bueno, imaginen que desaparecen todos juntos y en el mismo momento.-

Mientras conversábamos, a eso de las 15:50 hs.,  Roberto me empezó a patear la silla. “Que le pasa a este?” pensé, me di vuelta (estaba a mi derecha) y me dice “se está moviendo!” y ahí me dí cuenta. Era una réplica, habrá durado unos 5 segundos, el piso se movía hacia arriba y hacia abajo y el edificio vibraba. Manuel miraba la estructura en silencio. Pasó.-

Nos pusimos de acuerdo en los aspectos finales y salimos. Nos acompañarían a nuestro hospedaje. En el camino Manuel nos cuenta que CGE tiene 2 edificios, el que estamos, netamente operativo, muy lindo, amplio y ordenado, y otro, el que están las gerencias, en el centro de la ciudad. Ese edificio no sirve más. Nos cuenta que su oficina desapareció. Si el terremoto hubiera sido un lunes muchos mas hubieran sido los muertos, él incluido.-

Nos acompañó una persona de CGE que iba adelante en una Peugeot partner y nosotros atrás en la camioneta.

Recorrimos nuevamente parte de la ruta 5, más rota aún y luego un camino vecinal, paradisíaco, con árboles a ambos lados del camino, que se juntan arriba dando un aspecto muy lindo, hasta que llegamos a la Villa San Javier, donde nuevamente, casas de adobe destruídas y gente observándonos con curiosidad.-

El lugar de hospedaje es hermoso, un predio de varias hectáreas, con varios cascos coloniales (obvio), un restaurant muy amplio, sala de juegos, pileta y demás servicios.-

Dejamos todo en la habitación y nos fuimos a tomar unos mates en una galería muy amplia, bajo una parra muy tupida, donde solo escuchamos el canto de los pájaros.-

Nos turnamos para bañarnos y al atardecer nos fuimos a jugar al pool en una mesa imposible de entender, con caída para todos lados, y tacos sin puntera, pero nos divertimos mucho.-

Jugando un partido con Roberto, a eso de las 21:30 hs, sentimos como el techo del edificio empezó a vibrar. “ es el viento” me dijo Roberto. “No, no es el viento” le digo, mientras vemos como la chica que nos atendía y nos había dejado una salsita muy pero muy picante y pan hacía un ratito, salía rápidamente hacia fuera del lugar con la cocinera.-

Salimos acercándonos a donde estaban ellas y vimos como la mujer que cocina, a quien veíamos por primera vez, estaba muy conmocionada, respirando profundamente.-

“Fue una réplica?” preguntamos, “Sí”, todos los dias pasan, nos dicen. Yo no puedo dormir nos comenta la moza, y la cocinera :

“Después de lo que pasé, esto fue nada, pero me conmociona igual. Perdí mi departamento en constitución”.-

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